martes, 5 de junio de 2012


QUERIDA MADRE


Ahí está la mujer que más se ama. Por linda, por sabia, por tierna, porque aunque estemos en medio de un terremoto es ella la que saca la calma y el amor de los rincones de las grietas para cuidar y proteger a sus progenitores.
Ella mujer que nace y crece educándose en la vida para la única labor que la hará grande! Mujer de esperanzas, mujer de sonrisas, mujer que derrama lagrimas por las tantas decepciones o por las tantas alegrías de quienes están en frente de ella. Así es ella, gloriosa y perfecta, así es ella cuando se mira al espejo, no ve más que un día lleno de soluciones y salidas sencillas ante el problema más abrumante. Así de hermosa que con una sola palabra puede calmar las tantas estupideces de esta vida.
Es ella la motivación, la grandeza, la educación. es ella por quienes luchamos, la que nos enseña que las cosas se hacen bien o no se hacen, la que perfecciona cada acción con el solo tacto y que con la mirada recorre mas de mil corazones. La que nos regaña con el fin de educarnos, la que nos da la vida, la que regalaría su vida por sus hijos.
ES ELLA LA MADRE QUE EN CASA AGUARDA BAJO ORACIONES NUESTRA LLEGADA TODAS LAS NOCHES PARA PROTEGERNOS CON SU FE
Querida Madre.

viernes, 5 de marzo de 2010

INSOMNIO

Extinta la luz.
Entre la sombra que cae sobre mi cuerpo,
que pesa sobre mis párpados,
me parece ver una claridad.


Es como si una luz,
acaso el caso de una luz muy tenue,
se fuera precisando lentamente.


Luz que apenas miran los ojos entorpecidos
por la claridad solar...
Entonces, fomas vagas,
recuerdos de formas que amamos en la vida,
pasan vertiginosas.


Siento que la sombra es algo vivo
que crece por momentos, que me envuelve
en una sedante languidez.


Por el balcón entre abierto
entra un soplo del jardín lujuriante bajo la noche:
olor de rosas, de azahares, de jazmines,
perfuman el cuerpo de la sombra.


Los sentidos, tardos,
cesan de vivir su vida limitada;
la inteligencia, confusa,
en un aletear atormentado,
recorre una existencia de siglos.


La pesadilla intermitente va haciendo tenaz el desvelo.


(Fernando paz castillo)